Como individuo, así como como propietario de una empresa, estoy feliz de que finalmente haya llegado el día de la aplicación del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la UE. GDPR cambiará las cosas para mejor.
Durante años no hemos tenido el control de lo que hacen las organizaciones con la información personal que les damos. Cuando le entrega a alguien sus datos personales, debe poder confiar en que la persona u organización manejará esa información con respeto. Sin embargo, con el aumento del marketing cada vez más intenso y la facilidad para compartir información a través de la digitalización, muchas organizaciones han abusado cada vez más de esta confianza y han utilizado y compartido nuestra información con poca o ninguna restricción. Ninguno de nosotros sabe en qué o en cuántos lugares, por quién y por qué motivo se guarda nuestra información personal. No creo que esta sea una situación con la que ninguno de nosotros se sienta cómodo.
Devolviendo la confianza
GDPR recupera la confianza que deberíamos poder tener cuando entregamos nuestros datos a alguien.
Para las empresas que siempre han respetado los datos personales y la privacidad de las personas, el RGPD no será un gran desafío. De hecho, presenta una oportunidad renovada. Sí, es posible que los procedimientos operativos aún deban ajustarse o que las políticas y los procedimientos se documenten con mayor claridad, pero en esencia esos negocios ahora tienen una ventaja competitiva. El cumplimiento de GDPR será un requisito común en la cadena de suministro, y esto es bueno para las empresas éticas.
Entonces, GDPR, me complace que esté aquí.